miércoles, 15 de junio de 2011

Metacognición: la enseñanza aprendizaje de la historia

 La concepción que cada uno se va formando sobre la historia se construye a partir de las vivencias que enriquecen o moldean desde la época de estudiantes, lo cual puede ser beneficioso o perjudicial.
Con el análisis de las lecturas sobre el uso de las tecnologías, las vivencias, la narración  y la entrevista como recursos para la enseñanza y aprendizaje de la historia se visualiza una valiosa forma de conocer y de reflexionar sobre cómo conocemos. Este proceso contribuye a la permanencia y significatividad con que aprendemos. Como docentes nos permite identificar las fortalezas y debilidades de las actividades que presentemos a nuestros alumnos.
Así, podemos valernos del planteamiento de problemas como el eje nodal para  despertar el interés en el estudio de la historia nutrido, por supuesto, del análisis de conocimientos previos, investigaciones, reflexiones, prácticas de la otredad, alteralidad, análisis de imágenes, videos, visitas extraescolares a sitios de interés, etc.
Como mentores es necesario, también, ponerse en el lugar de los alumnos para determinar las mejores formas  para que ellos aprendan y aprendan a conocer.

jueves, 2 de junio de 2011

Historia: narrativa

Al aludir el término narrativa hago inmediata alusión a mi abuelita quién me contaba lo que, a su vez, su abuelita le platicaba en relación a la vida del pueblo durante el movimiento revolucionario. Las canciones de la época, la ropa, las costumbres,  la vida de personjes cuyos nombres no se leen en la historicidad oficial, de bronce sino la historia anticuaria( Gonzalez, citado por Aguirre 2011),  que nos transmiten los abuelos con tintes de emociones encontradas y que, sin perseguir ningún propósito educativo, atendíamos incondicionalmente maravillados ante la apopiación de los hechos, de los sentimientos de quien narra. Esta narrativa oral que,sin el fin último de aprender, me parecía más interesante. Ahora permanecen en mi memoria su voz, sus gestos y la emoción de ambas. Una por escuchar y otra por ser escuchada.
La narrativa escrita sin duda atrapa al lector quien, desde mi punto de vista, acude a ella por iniciativa propia, porque se ha enamorado de la trama que alguien le platicó, el título de la obra o del autor que se sabe de antemano es del gusto del lector.
Estas dimensiones del aprendizaje enriquecen el capital cultural y social de quien las practica o de quien tiene el interés de conocer.

Aguirre, Juárez Andrés, 2011. Introducción a la Historia de la Educación en México.1a Ed. México, p. 18.

miércoles, 1 de junio de 2011

Narración del Gral Santa Anna en 1847

Cerca de 1847
Estando en los inicios del desembarco de los yanquis en Veracruz y al recibir los primeros informes de Gómez Farías, me propuse cortar cabezas y ahogar en sangre la rebelión de la capital. Exacerbaron mi odio a los insurrectos los horrores que presencié en la retirada de La Angostura, donde la disentería causó estragos en nuestras filas, porque muchos soldados desfallecientes de sed bebieron agua en estanques de agua negra. En algún momento los muertos llegaron a bloquear el camino y las bestias de carga tuvieron que pasarles encima, pues faltaron brazos para quitarlos de enmedio. Por un lado las mujeres sollozaban sobre los cuerpos inertes de los deudos, por el otro asistían a los enfermos que pelaban los dientes los dientes con la piel pegada a los huesos. En pesadillas, la sonrisa macabra de los moribundos me hacía despertar bañado en sudor con un fuerte sentimiento de culpa. Las enfermedades redujeron a la mitad la tropa que había llevado al combate y cuando entré a San Luis, mi ejército inspiraba lástima. Una completa derrota en el campo de La Angostura hubiese tenido resultados menos funestos.
Llegado a Querétaro salió a mi encuentro el general Salas y la conferencia que sostuve con ellos aplacó mi furor. Asentó -Los decretos de Gómez Farías han colmado de indigación del pueblo católico. Estamos dispuestos a deponer las armas si usted lo sustituye y nos promete derogar todas las leyes promulgadas en su gobierno.
Sentaría un mal presedente dejar sin castigo a los sublevados, pero Salas me hizo ver claro que la única manera de recomponer la unidad nacional era sacrificar a Gómez Farías. De otro modo tendría que luchar contra el ejército invasor en medio de una guerra doméstica, sin el respaldo de la Iglesia y los grandes capitalistas.
En buena medida Gómez Farías era responsable del alzamiento, por hablar al pueblo de sus derechos contra los ricos y los frailes cuando más importaba mantener la concordia civil.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Mis experiencias o fenómenos, como lo llamaría Husserl, en relación al aprendizaje de la historia comulga con Flor y Margarita, como se expresa en el texto de Aurea Valadez, Vivencias e intencionalidad, fenómenos determinantes de la percepción.
   La intencionalidad de mis mentores en mi época de estudiante de escuela primaria no rebasaba la memorización como sinónimo de aprendizaje. Si hubiera ejercido una profesión distinta de la educación seguramente esta reflexión hubiera pasado desapercibida o sería mínima. Sin embargo, a partir de la lectura  de varios teóricos, historiadores, reflexiones sobre cómo se aprende, la reforma educativa, el curso mismo sobre la enseñanza de la historia me han llevado a encontrar otros referentes, perspectivas e intencionalidades sobre la asignatura de historia.
   La historia, los personajes, las situaciones poseen distintas dimensiones de forma y fondo susceptibles de estudio, reflexión, análisis y comprensión que complementaran en gran medida la fecha, el acontecimiento y el lugar que hasta  entonces había sido inmutable del nicho de bronce en el cual se dibujaba.
   Esas dimensiones que se encuentran en las narración es de los abuelos, bisabuelos, canciones, corridos, arquitectura, museos, artes plásticas, novelas, bibliografía diversa, objetos, etc., en ocasiones poco exploradas, tienen reservadas emociones, sorpresas, reflexiones y posturas que, sin duda, provocarán un aprendizaje útil para la vida del individuo. Museo Nacional